La adolescencia llega a la familia

La adolescencia, como etapa de transición, se caracteriza por una serie de cambios físicos, psíquicos y sociales, vividos de una forma muy significativa. Este periodo comienza a los 11-12 años, y se extendería hasta los 18-20 años. Antes de esta edad, aparece la pre-adolescencia en torno a los 9-10 años y al acabar la adolescencia, hablaríamos de la post-adolescencia hasta los 20 años. Estos cambios tienen muchas diferencias individuales en cuanto a su aparición y desarrollo. Actualmente se ha retrasado la incorporación al mundo laboral y a la estabilidad económica, dándole más tarde la autonomía, la responsabilidad, la resolución de conflictos y la capacidad de frustración. Dentro del propio periodo de la adolescencia, encontramos 3 momentos diferenciados: -Pubertad- cambios físicos y temperamentales entre los 11-12 años -Adolescencia media- aislamiento/importancia del grupo, entre los 13-15 años. -Adolescencia tardía- esta se inicia al final del periodo, entre los 15 y los 18 años. Esta etapa requiere elaborar el nuevo esquema corporal: pasando de un cuerpo infantil a uno de adulto que provoca gran inquietud en el adolescente por cómo le ven los demás. También se va formando la identidad personal, que requiere diferenciarse de los adultos a través de la rebelión ante las normas y la individualización del aspecto físico. Desarrollo Corporal Los cambios físicos se centran en el caso de las chicas en la aparición de su primera menstruación y el desarrollo mamario. En estos aspectos se comparan con su grupo de amigas. Los chicos también se sienten preocupados por cómo son vistos por los demás en el cambio de voz, la aparición del vello facial, o el aumento de la masa muscular. No se le da tanta importancia a las poluciones nocturnas. Además de estos cambios corporales se presenta la necesidad de independizarse de la familia para crear su propia identidad. El grupo de pertenencia le atrae, pero le falta la sensación de seguridad que le da la familia, y que se convierte en una fuente relativa de conocimiento y muchas veces rechazable por sistema como medida para crear una sensación de seguridad en si mismo. Otras manifestaciones físicas de esta etapa son: aparición del acné, brazos y piernas de dimensiones desproporcionadas, una imagen comparada con ídolos, cantantes, modelos, deportistas, actores… que los identifican con su yo ideal. Estos elementos les hacen sentir tremendamente inseguros, y les llevan a utilizar distintas estrategias para compensar esa percepción (personalizando la forma de vestir, el pelo, pertenecer a tribus, saltarse las normas…), son llamadas de atención para sentirse mejor. Cuando uno se siente peor que el resto, intenta ser mejor siendo diferente. Qué hacer
Los padres y el entorno que se enfrenta a este momento evolutivo, ha de ser consciente de que el adolescente se siente tremendamente vulnerable, y es un momento que facilita caer en conductas de riesgo (consumo de sustancias, conductas de alimentación alteradas…). Ante estas conductas hay que evitar el alarmismo y mantener una conducta cercana emocionalmente. Es un momento en el que resulta fundamental reforzar todos aquellos comportamientos positivos que presenten y hacerle notar sus cualidades físicas y psicológicas. Si tienes un conflicto de este tipo, síguenos a través de la pagina de Facebook Psicóloga Ángela Santos, para que te llegue toda la información sobre adolescentes y el programa de Coaching para padres con conflictos con adolescentes.

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