No es la adolescencia, es un
problema psiquiátrico
Los primeros síntomas
de una depresión o una psicosis en jóvenes pueden confundirse con actitudes
propias de esta edad convulsa
Detectarlos a tiempo
mejora el curso de la enfermedad y reduce las dosis necesarias de fármacos
La madre de Blanca murió hace dos años. Ella tenía 16. Se sentía perdida.
Como es lógico. Cuando ya había transcurrido un mes y medio, le parecía que
había pasado ya una eternidad y la tristeza tomó matices insoportables. Su
maestra la llevó a la consulta abierta que el programa Salud y escuela de la
Generalitat. Allí pudo asistir a unas cuantas sesiones de psicoterapia durante
un año.
"Me dieron herramientas básicas para poder afrontar la pérdida",
explica Blanca, que insiste que fueron también la gente de su entorno y su
propia capacidad de lidiar con situaciones difíciles lo que la ayudó a
superarlo. Sin embargo, ahora, transcurridos dos años, reflexiona: "Este
tipo de servicio es muy útil para no caer en una depresión".
Blanca pudo detectar, junto a su maestra, que necesitaba ayuda profesional.
Pero no siempre es así. Más bien sucede lo contrario, porque los adolescentes
no acostumbran a decir "quiero ir al psicologo". Cuando algún
trastorno grave apunta en su interior, tienen múltiples formas de mostrarlo.
Pero muchos de los primeros síntomas de una depresión o una esquizofrenia
pueden confundirse a menudo con actitudes y pensamientos propios de esta edad
convulsa.
Cuando atraviesan la barrera entre sentirse un poco "depre" y
meterse en una depresión, pueden expresar cansancio extremo, pérdida de peso,
trastornos importantes del sueño, expresar que se sienten inútiles o
desamparados y tener una pérdida de ánimo o de interés por lo que antes les
gustaba. "Es una suma de síntomas que pueden parecer propios de la edad,
pero se acumulan y aparecen de forma más brusca", explica José Luis Bonal,
pediatra, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y
Atención Primaria-
El
75% de las enfermedades mentales arrancan en la pubertad
"Si empieza a decir que no quiere salir de casa porque los vecinos le
persiguen, o aparece un descenso brusco del rendimiento escolar o un progresivo
aislamiento, y a esta acumulación de conductas se le suma que consume cannabis
o tiene antecedentes familiares de primer grado con trastorno mental, es cuando
hay que empezar a preocuparse, porque podría tratarse de un trastorno psicótico
incipiente".
Es necesario detectar e intervenir cuando el trastorno se halla en su fase
incipiente, es decir, cuando todavía se trata de estados mentales de riesgo o
se ha producido solo un primer episodio, puede modificar el curso de la
enfermedad, mejorar el pronóstico y evitar daños.
Sobran los motivos para estar alerta: "El 75% de los trastornos
mentales que cursan en la edad adulta se iniciaron en la adolescencia".
La prevalencia de la depresión se sitúa en torno al 6% en adolescentes. La
esquizofrenia está sobrepasando el límite del 1% del que siempre se ha hablado
y algunos expertos hablan de un 2% entre la población joven.
El consumo de drogas ha disparado los primeros episodios de psicosis en los
últimos años. Según datos del Programa de Prevención de Psicosis (P3) que se
lleva a cabo en la unidad de salud mental de Reinosa (Cantabria), desde el año
2000, el 70% de los primeros episodios de psicosis tenía consumo asociado de
tóxicos (alcohol y cannabis principalmente, pero también anfetaminas y cocaína,
entre otros). Hace 11 años, este porcentaje era del 40%. Cuando se aplica una estrategia de detección
e intervención temprana en psicosis, se puede llegar a reducir a la mitad la
dosis de fármacos necesaria para tratar el trastorno.
Y no es un problema menor, porque "en los primeros meses de tratamiento,
un chico o chica puede adquirir un sobrepeso de entre seis y ocho kilos, y
esto, además del problema estético, supone el riesgo de desarrollar síndrome
metabólico".
Además, los ingresos hospitalarios voluntarios descienden del 85% al 50%.
"Las cifras de suicidio remiten prácticamente, un aspecto particularmente
importante porque los índices de suicidio en la psicosis, que pueden llegar al
10%, se concentran en estos primeros años de la enfermedad". En su
servicio, en 11 años han tenido un único caso de 220 primeros episodios
atendidos, y este descenso se observa en todos los servicios de intervención
temprana en psicosis.
Además de las cifras, los expertos coinciden en que si se actúa antes, no
se produce tanto deterioro personal y el vínculo con el profesional y la
adherencia al tratamiento es mucho mejor.
"La información es clave para acceder a la población adolescente,
porque si no, llega a nosotros en situaciones muy evolucionadas, cuando el
trastorno ya cursa de forma grave y llega directamente a urgencias",
explica Juan José Gil, enfermero, que está preparando con adolescentes un
conjunto de fichas que, en el marco del programa Salud y escuela, explicarán
"qué es un trastorno mental, cómo se presenta y cómo pedir ayuda".
"La prevención y la
detección precoz favorecen también la desestigmatización del trastorno mental
grave y la solidaridad con los compañeros afectados. Los expertos advierten que
recortar en prevención nunca sale a cuenta, porque no solo ahorra sufrimiento,
dosis de fármaco y estigma, sino también dinero. Un ingreso en una unidad
hospitalaria puede costar alrededor de los 6.500 euros.
Si crees que podrías viviendo cerca de una situación así, consultános.
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